sábado, 30 de julio de 2011

Capítulo 2.

CAPITULO 2.
Suena el timbre. Abro.
-¡Hola Marc! Pasa.
Él es mi mejor amigo. Vamos a mi cuarto y nos sentamos delante de la Play. El FIFA 2011 estaba puesto en la consola, lo quito para poder hablar con Marc.
-Oye Jus. – Dijo Marc.
Él es la única persona que me llama Jus, porque el resto, sabe que odio que me digan así.
 -Dime.
-¿Quieres venir conmigo a la fiesta del sábado? Va a ir la rubia esa, que vimos ayer en el centro comercial.
 -¿Quién? ¿La amiga de tu novia?
-No es mi novia, pero sí, esa. – Ríe.
-Bueno, de todas formas, voy.
-No, si ya sabía yo, que la chica a ti, te gusta.
-No me gusta.
-Ya, lo que tú digas.
Intento cambiar de tema, proponiendo jugar con la Play. Nos ponemos a jugar. Como siempre, Marc elige al Barça en el juego, y yo, me tengo que conformar con cualquier otro equipo, que no sea el R. Madrid, por supuesto, esta vez, voy a elegir al Atlético de Madrid. Al final, Marc me gana, yo no estaba pendiente del juego, sino de cómo sería el sábado, en cómo sería encontrarme con ella, su nombre, su forma de ser…
-Tío, yo me tengo que ir ya, que he quedado con Marina.
-Ah, vale, bueno, el sábado te pasas por aquí a las once y media. ¿Vamos en tu moto o en la mía?
-Cada uno que lleve la suya, mejor, por si te quieres llevar a la rubia por ahí.- Se ríe.-Bueno, mañana nos vemos.
-Adiós.
Por fin solo, espero que a nadie se le ocurra molestarme ahora. Tengo que dejar de pensar en ella como sea, no entiendo ni siquiera por qué pienso en ella, en una chica guapa, muy guapa diría yo, pero aún así, una chica que no conozco de nada. No sé qué tiene para que me guste tanto. Pero bueno, intentaré pensar en otra cosa. Enciendo el ordenador para escuchar algo de música y me tumbo en mi cama con el portátil encima.

jueves, 28 de julio de 2011

CAPITULO 1.
Ya queda poco para la gran fiesta de verano, exactamente cuatro días. Esta tarde iré con mis mejores amigas a mirar ropa por alguna tienda.
-¡Sandra!
-¿Qué quieres mamá?
-Es Marina, al teléfono.
-Dile que se espere, ya voy.
Bajo las escaleras para coger el teléfono que hay en la entrada de casa.
-Dime.
-¿Qué haces? ¿Esta tarde quedábamos para ir de compras, no?
-Sí. Tía, estoy nerviosa por la fiesta.
-Y yo. Seguramente que esté allí Miriam, y no tengo ganas de verla.
-Yo tampoco, esa tía cada vez me cae peor.
-Y a mí. – Ríe.
-Bueno, ¿anoche te llamó Marc?
-¿Tú qué crees? ¿Por qué sino te habría llamado? - Ríe.
Nunca había visto a mi amiga tan enamorada. Esa sonrisa que tiene estos días, que envidia me da.
-¿Qué te dijo?
-Nada interesante, por desgracia. Pero bueno, al menos me dijo que nos veríamos en la fiesta. Así que ya sabes, tengo que prepararme un buen modelito para la fiesta. – Nuevamente se ríe.
-Bueno, al menos tú tienes a alguien que te llama.
-No seas tonta, tú seguro que también tienes a alguien dentro de poco, sino, espera a que te vean aparecer este sábado por allí.
Ella es de las únicas personas que me pueden subir la moral.
 -Pues sí. Entonces yo también me prepararé un buen modelito para el sábado. – Sonrío.
 -Bueno, creo que te voy a dejar, esta tarde nos vemos. ¿Vale?
 -Claro. Hasta luego.
-Adiós.
Voy a bajar un rato abajo a ver la tele, hasta que sea la hora de irme. Ya es hora de ir a prepararme, subo las escaleras para ir al baño de arriba y ducharme. Voy a mi habitación, abro el armario y busco una ropa para ponerme. Antes, cojo el móvil y pongo la canción de “Yo te esperaré” y suelto el móvil encima de mi cama. Me acabo decidiendo por unos vaqueros cortos, una camiseta blanca y unas sandalias marrones, a juego con un cinturón, claro.
Ya son las 6 menos cuarto, es la hora de ir a por Marina, para acercarnos a por el resto de amigas. Ya la estoy viendo aparecer, lleva una sonrisa, que no le cabe en la cara.
-Ya está aquí mi enamorada. – Sonrío.
Ella empieza a reír, es imposible que me lo niegue.
-Bueno, vamos a por las chicas, que nos estarán esperando en casa de Lucia desde hace ya un buen rato, y luego me cuentas.
-Vale.
En el resto del camino, hasta llegar a casa de Lucia, no hablamos de nada en especial, estábamos sacando los defectos de todas las personas que nos caen mal, para no variar. Es lo que hacen un par de adolescentes siempre.
Llegamos a casa de Lucia y allí están ella y Maria, esperándonos en la puerta. Empezamos a andar, el centro comercial está cerca, a un par de manzanas nada más, es lo que tiene vivir en Barcelona.
En la puerta del centro comercial había un grupo de chicos muy guapos, especialmente uno rubio. En ese grupo estaba Marc, el chico que le gusta a Marina. Ella me coge del brazo, y nos acercamos a ellos. Mientras ellos hablan, yo no paro de mirar a ese chico. ¿Cómo se llamará? Marina se despide de Marc, yo me he quedado con las ganas de que el chico se me acercara. Otra vez será.
-Oye Marina.
-Sí, dime.
-¿Quién era ese chico rubio, que estaba con Marc?
-Mm, creo que se llama Justin. ¿Por qué? ¿Te ha gustado?
Ya empieza como siempre.
 -No, solamente me ha parecido guapo.
-Ya, claro. ¿Quieres que le diga a Marc que te lo presente?
 -No hace falta, no estoy tan desesperada como para eso.
-No seas tonta, para un chico guapo que vas a encontrar. – Ríe.
-Llevas razón. Bueno, vamos a dejarlo para otro día.
-Como quieras. – Ambas sonreímos.
Entramos en la tienda donde están Lucía y Maria, cada una tiene ya un par de vestidos en las manos, para probárselos. Marina y yo vamos a empezar a mirar vestidos. Ella ya se ha ido a por un vestido color salmón precioso. Yo todavía no me decido por ninguno. Finalmente cojo un vestido rosa chicle, palabra de honor, que seguramente quedará genial con mis zapatos blancos. Entramos las dos al probador, los vestidos nos quedaban fantásticamente. Vemos a Lucia salir de su probador, ella ha elegido un vestido negro azabache, bastante corto, a ella le va más ir provocativa; y Marina elige un vestido rojo, normalito, pero bastante bonito.
-Que guapas todas.
Apareció Marc de repente, con su amigo Justin. Que vergüenza. No sé si meterme corriendo en el probador, o quedarme allí para que me vea. Lo miro, le sonrío, veo que él me sonríe, y entro al probador. Marina, se queda un rato fuera hablando con Marc. Intento vestirme rápido, para que cuando salga, todavía esté allí. Mierda, el puto pantalón no sube y la sandalia se me ha quedado atascada, al ir tan deprisa. Cuando por fin termino de vestirme e intentar ponerme guapa para salir, Justin y Marc, ya se han ido. Solamente me encuentro a Lucia y Maria ya afuera y Marina, todavía en el probador. Mierda, otra vez igual. La próxima vez le diré a Marina que nos presente, este chico, me gusta, y mucho diría yo, aunque todavía no lo conozco. Ojalá Marc lleve a Justin a la fiesta, seria un buen sitio para conocerlo.